jueves, 31 de octubre de 2013

Gusto por lo raro.

“Por Dios que raro eres”, “¿Solo te gustan las cosas raras o que?”, “Solo te gustan las raras, de verdad que no sé como te las apañas”. Llevo oyendo este tipo de frases toda la vida, y dudo mucho que deje de hacerlo en una larga temporada. Mucho he reflexionado sobre el tema, sobre el porqué de este extraño fetichismo inherente a mi persona por lo raro, y he llegado a una contundente conclusión; Lo raro gusta.

Toda mi vida he sido bastante marginado por gustos, manías o preferencias. Mientras todos los compañeros de clase jugaban al fútbol en el colegio, yo estaba con las niñas jugando al baloncesto. Cuando los niños estaban peleando entre si, yo rehuía las peleas y pasaba del asunto. En lugar de pasar la infancia en la calle como todos mis amigos jugando y haciendo travesuras, yo me pase casi toda ella en casa, leyendo, viendo series de televisión, saltando de sofá en sofá, o haciendo naves espaciales con cojines. Siempre recordare como mi abuelo me llevaba todos los fines de semana a dar un paseo, me compraba una revista de videojuegos y me daba cinco duros para jugar a las recreativas. Así crecí yo, y puede que haya influido o no en como soy ahora, pero yo me siento orgulloso de ello.

Y con estos antecedentes, ¿Es posible que pueda tener gusto por la normalidad?. En una sociedad en la que todo el mundo opta por ser parte de un rebaño uniforme, ¿Es posible que lo raro, esas ovejas negras que habitamos nuestros propios reinos aparte, no seamos más atractivas o interesante que el resto, que no nos llamemos entre nosotros? No nos engañemos, son los detalles extraños los que quedan cuando conoces a alguien, por ejemplo, o cuando empiezas una relación. Esas pequeñas manías, los gustos particulares, las ideas curiosas... Las conversaciones sobre como conquistar el mundo, o las maneras de arrancar el corazón con una cuchara, por poner un ejemplo, son cosas que por muy bizarras o raras que suenen, se graban a fuego, por lo menos en mi persona.

Esto también suele aplicarse a los gustos. Siempre me han atraído las mujeres extrañas, con ideas inesperadas, comportamientos aleatorios y gustos curiosos. Las chicas que visten como les da la gana pero sin desmerecer su apariencia, porque saben como quieren ir y les importa poco el resto del mundo. Chicas que te pueden dejar con la “cara partía” con un comentario inesperado, que no tienden a seguir modas o que pueden crearse la suya propia. Con las que hablar es un placer y un reto. Con aficiones tan dispares como los gatos, el café, los idiomas antiguos, las libretas o Jane Austen, por ejemplo. Y la gente las considera raras... Y yo me río de esa “gente normal”.

No me gusta el fútbol, no me gusta la música pop, de discotecas o folclórica, veo cine de todo tipo, tanto gore, como de artes marciales, pasando por el drama y la comedia romántica, me da asco la cerveza, el tabaco no lo aguanto, no puedo estar en un gimnasio porque me aburro, pero hago deporte asiduamente a mi manera, si pudiera estaría jugando a videojuegos, leyendo libros, u oyendo música días enteros, incluso en los círculos en los que me muevo, me miran raro por mi manera de vestir, que para nada es tan heavy como la música que escucho.

¿Creéis que ser raro es malo? ¿Pensáis que la normalidad esta sobre valorada?
Espero que os haya gustado y espero vuestras opiniones.
Nos leemos.

P.D. Feliz Halloween! Pasadlo bien los que vayáis de fiesta y cuidado con los normales. ;)

domingo, 27 de octubre de 2013

Reflexiones: Domingos...

Todo el mundo odia los lunes, ya sea por volver al trabajo, por ser el principio de la semana o por cualquier otra razón, el 99% del mundo los odia. Pues a mi personalmente no me parecen tan malos. Tienen una cosa realmente buena, son la señal de que el domingo ha terminado.
Domingo.... ese día de la semana que lapidaría sin pensarlo dos veces, que gustosamente rociaría con refulgente napalm sacado de cualquier película bélica. Siempre grises y aburridos, solitarios y tristes, listos para amargarle a uno la semana, ya haya sido buena o mala.
Y aquí me veo, escribiendo sobre ellos mientras oigo The Black Keys en mi, solo los domingos, aburrida habitación.

Supongo que este desasosiego producido por un día de la semana puede considerarse casi un problema, ya sea emocional, psicológico o de personalidad, vete tu a saber, pero a mi me joroba sobremanera y no puedo remediarlo. Me levanto por la mañana y lo veo todo gris, todo domingo, ya sea el día mas brillante y soleado del año. Y la verdad, no recuerdo domingo bueno o que merezca la pena recordar en un montón de años. Muchas veces he tratado de buscar el motivo exacto de esta aversión estúpida mía, sin lograr aislar los motivos reales de ello.

Primero pensé que podía estar relacionado con temas amorosos, porque aunque parezca mentira, no recuerdo haber pasado un domingo completo en pareja nunca, eso teniendo varias relaciones en mi haber, puede sonar bastante penoso, pero así es. Ya fuera por trabajo, casualidad, u otros temas que no merece mencionar, nunca he estado con alguien un domingo, como quien dice, en condiciones.
Y soy un puñetero romántico en el fondo, osea que podría ser motivo para ello, el jodido cine romántico me ha hecho la cobra en cuanto a domingos se refiere.

A esto también he de sumar la negación de posibilidades. El no poder ir a sitios por estar cerrados, el no poder contar con amigos porque no pueden casi nunca, o el mero hecho de no poder ir a nadar a la piscina, aunque esto es un problema relativamente nuevo, que no llevo mucho nadando, y se ha sumado al asunto, claro. Mis domingos se resumen en pasar el día encerrado en casa sin un objetivo claro aparte de esperar su consunción.

La verdad es que esta entrada es un poco más personal que las anteriores, y es posible que no interese a nadie, pero tenia ganas de usar el domingo en hacer algo útil, como puede ser escribir.
Necesito domingos movidos, domingos entre amigos, entre copas, entre sabanas. Necesito domingos dignos de recordar, llenos de sustancia y creatividad. Domingos que merezca la pena revivir una y otra vez en la memoria, no esta broma de día que vivo cada ultimo final de semana.

Gracias por leerme.
Prometo escribir algo más interesante la próxima vez.

miércoles, 23 de octubre de 2013

Amores Perros

Esta mañana, comentando una foto de una amiga allende los mares (tauntongirl91@hotmail.com, por si queréis contactar con ella :P) me surgió el tema del que voy a escribir hoy. Dicha imagen mostraba a un perro y a su “adoptada”, una mujer joven a la que decía cuidar y proteger como nosotros deberíamos proteger a nuestras mascotas en particular y a todos los animales en general. A raíz de un comentario gracioso por mi parte (como no podía ser de otro modo), mi amiga me dijo que si alguien pudiera dar la lealtad de un perro en el amor, existirían aun las relaciones como las que tenían nuestros abuelos. Esto ha hecho que me pregunte; ¿Que tipo de relaciones y como difieren de las actuales tenían anteriores generaciones a la nuestra?

Si no recuerdo mal, tomando por partida nuestro país, las relaciones románticas, entendidas como tal, eran procesos lentos, donde el sacrificio y el amor tenía que contenerse porque así lo dictaba la iglesia, la sociedad y la familia. Esto, hoy en día realmente impensable, daba lugar a un período extremadamente largo en el cual las parejas casi ni se tocaban la mano el uno al otro, en el mejor de los casos. Hoy en día, con la apertura mental y sexual en ciernes, cosas así solo pasan en gente puntual, siendo la regla general el pasarlo bien, el sexo por el mero hecho de pasarlo bien. La simplificación de las relaciones creo que ha hecho mella en esa mentalidad romántico peliculera que muchos tenían de las relaciones sentimentales. Ojo que no digo que no sea positiva, que la vida esta para vivirla y tener experiencias, posiblemente es en lo que más de acuerdo puedo estar en esta vida, pero cuando alguien se enamora de verdad, esto pasa a estar un poco en segundo plano, llamadme anticuado, pero cuando tienes alguien en la cabeza “de verdad”, por mucha manera de pensar liberal que tengas, por mucha experiencia o no, la cosa tiende a ser old school, en el sentido más liberal de la palabra claro.

Pensando en lo que aguantaban las antiguas parejas también pienso que, si hubieran tenido las facilidades que existen ahora para temas como el divorcio, o la mentalidad menos religiosa, ¿Creéis que habrían durado tantos años? Pensad en, por ejemplo, el tipo de sociedad machista de los años 50, cuando la esposa tenía que hacer lo que el marido dijera sin protestar, o cuando los malos tratos eran algo normal. Y creo que no hace falta ser feminista para verlo, vaya, para que lo diga un tío...
Ojo cuidao! Que por supuesto existen casos también, a muchos de nosotros nos fascina la clase de amor que se profesaban nuestros abuelos, o incluso nuestros padres, la de años juntos, superando dificultades que hoy a cualquiera que le pasasen causarían una ruptura inmediata con su pareja. Pero creo que la sociedad ha llegado a un estado en el cual el aguante que antes existía ha menguado hasta limites insospechados, hemos pasado de “la pareja” al “yo”, cosa que me parece bien en cierta medida, mientras no signifique el abandono de lo que “supuestamente” debería ser el amor, pero el de verdad, no el que se dice sin pensar.

¿Que pensáis sobre esto? ¿Ha sido un cambio para mejor, o por el contrario nuestra sociedad e ideal del amor se está tergiversando tanto que deberíamos volver al pasado?
Como siempre, espero que os guste.

viernes, 18 de octubre de 2013

Les presentamos..... El cine "ñoño realista"!!!

Aquí estoy otro día más con una nueva entrada para el blog, hoy en particular la voy a dedicar a una de mis pasiones más pronunciadas, el cine. Y como buen amante del cine, este me gusta en todos sus géneros, desde el Slasher más burro a el drama más soporífero.

Y como estoy como una cabra, acabo de crear un nuevo género de la nada, el cine “ñoño realista”, toma ya. En el, se incluyen películas de amor, cuan comedia romántica cualquiera, pero con el aliciente de desarrollarse de una manera real como la vida misma, me explico; por muy bonita que sea la historia, por mucho amor que se tengan los protagonistas, el desarrollo de la historia trata de ser todo lo real posible, porque seamos sinceros, si alguien entra en tu vida de repente, teniendo tu esta ya “organizada” por así decirlo, existen muchos factores y cambios negativos que normalmente se suelen obviar en la comedia romántica. Terceras personas, familias, amigos, incluso los protagonistas de este nuevo genero cinematográfico que recién acuño, cambian y sienten como una persona real, dejando así de lado la moralina y buen rollo que nos vende el cine romántico, que oye, esta muy bien, pero de realista, poco.

Por enumerar unos pocos títulos que podrían clasificarse como “ñoño realista”, podemos empezar con el que para mí es el principal exponente y referente en la actualidad, la película que creo comenzó esta nueva ola y esa no es otra que “(500) días juntos”, o en ingles “500 days of summer”, titulo que creo engloba el significado de la película mucho mejor que el español. Siempre con el mainstream cinematográfico en mente, porque el cine europeo, y francés en particular, lleva mucho tiempo haciendo este tipo de cine real.
En “500...” nos encontramos la típica historia del cine romántico, chico conoce chica y blablabla, pero la película nos advierte varias veces de que esto NO es una película romántica. Esta es, desde mi punto de vista, la que abre la veda en el cine comercial para este tipo de cintas tan curioso, sirviendo de trampolín para que muchos otros directores se arriesguen y prueben a mostrar su visión particular del asunto. Con sus más y sus menos, la película es entretenida, amena, y lo que define a este genero, real como la vida misma.

Tras esta, se me ocurren otras dos pelis que entran de cabeza en este genero, y curiosamente ambas del mismo director. Hablo de “Like Crazy” y “Breath In”, de 2011 y 2013 respectivamente. Historias que pueden pasarle a cualquiera, que nos llegan y nos toca esa fibra interior, esa cosilla que te dice “Esto lo he pasado..” y que empatizan con el que la ve, con las sensaciones que destilan, porque amigos, esta puede ser la mayor virtud del cine “ñoño realista”, la cercanía con el que lo ve.
Os dejo algunos trailers, por si os pica la curiosidad.
Espero que os gusten y os haya gustado la entrada. 




 
P.D. Comentadme!! Que los soliloquios sin audiencia no tienen el mismo efecto ;)

domingo, 13 de octubre de 2013

Sapiosexualidad


Y como creo que lo mejor para empezar lo que sea es hacerlo cuanto antes, aquí voy con el primer tema del cual tengo pensado hablar. Gracias a Internet y a las redes sociales, están apareciendo en el lenguaje multitud de neologismos realmente curiosos. Uno de ellos, que me toca bastante la moral, como suele decirse por aquí, es el termino sapiosexual.

Vamos por partes. La palabra esta un compuesto formado por la raíz latina sapio, de la que deriva el “saber” del español y la palabra sexual, que no creo que necesite explicación. De por si, el compuesto ya intenta ser un cultismo como quien dice, cuando este tipo de neologismos aparecidos de la nada deberían evitar este tipo de aspiraciones. Una persona sapiosexual siente atracción sexual hacia el intelecto de otra persona, independientemente del atractivo físico de la persona. Desde mi punto de vista, esto es como el comunismo comparado con otro sistema de gobierno, en teoría es perfecto, en la practica, imposible, una utopía, que es lo que me parece este nuevo modelo sexual recién implantado en la actualidad.

Seamos serios, por muy inteligente que una persona te parezca, para que exista atracción sexual propiamente dicha, se necesitan otros aspectos que no dependen del intelecto, ya sean físicos o mentales. Alguien que viene de los fosos mas profundos de Mordor no va a parecerte mas atractivo porque tenga un doctorado en física cuántica, por muy sapiosexual que seas. Que si, que es muy bonito, que puedes decirle a alguien que te encanta su mente, que te apasiona su inteligencia, pero además de eso, por fuerza, tiene que existir algo mas para que exista atracción sexual. Otra cosa que he notado en referencia al termino, es el uso en cuanto a genero de este. La mayor parte de usos del termino son en referencia a la mujer, como si de un nuevo impulso al feminismo se tratara, excluyendo al genero masculino. Yo personalmente creo en la igualdad de género, me considero una persona de mente abierta y bastante normal, pero creo que este tipo de encasillamiento no debería producirse con ningún tipo de palabra o neologismo. Asumir que solo el genero femenino es capaz de sentir algo de estas características creo que hace un flaco favor a la sociedad en si y al movimiento feminista en particular.

¿Que opináis sobre el tema? ¿Creéis en este nuevo tipo de orientación sexual? ¿Estamos ante la versión Hipster del sexo propiamente dicho?

Espero que os haya gustado esta primera entrada del blog y que al menos despierte algo de curiosidad en vosotros.
Nos leemos.

Comienzos...

Siempre tiene que haber un comienzo para todo, así que esta es la primera entrada del que es mi nuevo proyecto personal. No es gran cosa, hoy en día tener un blog esta al alcance de cualquiera, pero llevaba tiempo con ganas de empezar algo así, y tras ver como amigos se animaban y un empujón por parte de una escritora a la que leo, me he animado.

Otra cuestión es el titulo del blog en si.... Hijos de la Protocultura... ¿Que diablos es eso? Pensareis algunos, y no os falta razón al plantearos el origen de semejante titulo. Hace muchos años, cuando aun era un niño y la televisión ponía cosas orientadas a los niños no tan pequeños, me fascino una serie de animación, de las de toda la vida, en la que se hacia mención al origen de este extraño titulo. En dicha serie, una raza alienigena invadía nuestro planeta con no muy buenas intenciones y se quedaban asombrados ante, por ejemplo, una pareja besándose, la música, o las diferentes muestras de comportamiento o costumbres que nuestra actual sociedad tiene por normales, lo que para ellos era la Protocultura. Y he ahí el origen del mismo, un lugar para expresar mis ideas o lo que me parezca, por si a alguien le interesa.