domingo, 15 de enero de 2017

Los ojos no saben guardar secretos

Los ojos no saben guardar secretos podría ser el título de la próxima novela de Camilla Läckberg. Creo que seria más correcto decir que los ojos que se miran no saben guardar secretos, pues para el resto del universo todo lo dicho ahí, en ese plano alternativo donde, tanto tiempo como espacio desaparecen, no existe. Y es algo que he constatado en numerosas ocasiones. El resto del mundo pierde percepción a pasos agigantados mientras las miradas se leen el alma, se hurgan en las heridas o simplemente se ríen del elfo domestico de turno. Y claro, es curioso como esa sensación de privacidad te embarga, y piensas “Estás pensado lo mismo que yo, ¿verdad?” y no puedes reprimir una sonrisa de complicidad mientras el resto del mundo te mira con cara de incredulidad.

Recuerdo una ocasión, en una fiesta, parar el tiempo de esa manera rodeados de una multitud sentada a la mesa. Todos hablando y riendo, sin percatarse de que dos personas cuyas realidades convergían de manera complicada y en puntos opuestos tanto de la mesa como de la vida, los apartaba a un mundo en cámara lenta, como salido de una película de los Wachowski. Todos hablando leeeento y pausaaaaaado mientras nuestras miradas iban a mil por hora y sin frenos. Aquello solo acabó con la perdida de la primera hora de clase del día siguiente y un mordisco en el brazo, pero mereció la pena.

¿Cuál es el mecanismo que rige esa realidad? Seria interesante poder vivir una temporadita ahí, donde el tiempo pasa de otra manera y no te sientes solo, ¿Verdad? Podría ser perfectamente la solución a muchos debates existencialistas sobre la soledad del ser. Porque estoy casi seguro de que a ese plano temporal/realidad alternativa es muy difícil entrar solo. Y no cuenta la abstracción que producen las pasiones, ahí el tiempo pasa incluso más rápido de lo habitual. Solo es cuestión de aprender a entrar y encontrar quien te acompañe, aunque puede que esto sea más complicado que placar el hambre en el mundo o hacer leer a Donald Trump Cien años de soledad. Supongo que es una cuestión de suerte, dar con esa persona que dice a la vez que tu las mismas chorradas, que comparte tu manera de ver el mundo o, simplemente, que es igual de especial que uno.
Algo nada sencillo...

viernes, 13 de enero de 2017

Cara de buena persona.

De cuando en cuando, por no sé qué extraño motivo, me encuentro con la apreciación facial de un desconocido que aventura a etiquetarme de buena persona. Por mi cara. Así, sin más, sin saber absolutamente nada de mí, solo por las facciones o expresión de mi nada fuera de lo común semblante. Podría bien ser un asesino en serie, un cabrón, un maltratador o cualquier cosa, pero no. Tengo cara de buena persona. El destino en su infinita sabiduría me ha bendecido con esta cualidad. Y la verdad es que me molesta un poco.

En un principio, cuando mi autoestima estaba allá por los infiernos de Dante, bajita bajita, pensaba que era una manera fina y educada de llamar feo a alguien, así de gratuito. Te presentan a alguien y tu ni corto ni perezoso le dices “Oye tienes cara de buena persona” y te quedas tan pancho aludiendo que tiene la cara de los pies de otro. Luego, cuando uno pasa de eso de las apariencias, llega a la conclusión de que en realidad es solo una manera tratar de agradar sin una base, desde cero. Es como tener un prejuicio positivo, que es exactamente igual de dañino que tenerlo negativo, pues nunca sabes por donde va a salir la bala. Gente como Charles Manson u O.J. Simpson tenían cara de buena persona seguro.

Y ahora yo me pregunto ¿Es necesario esto? O sea ¿Qué sentido tiene decirle a alguien desconocido que tiene cara de buena persona? No vas a ganar nada con ello, no vas a caerle mejor o peor, o a iniciar una conversación “real”. Puede que si una de besugos, pero normal lo dudo, ni a ponerte una medalla por discernir una realidad oculta a los ojos del universo. Dejemos de usar esta expresión, esta manera de etiquetar a alguien por el mero formalismo. La etiqueta está sobrevalorada y es preferible preguntar directamente por la persona que hacer alusión a lo que uno cree. Al menos es mi opinión, no sé, igual a vosotros no os han dicho esto nunca y tenéis cara de malas personas y yo aquí, quejándome de algo positivo. ¿Os lo han dicho alguna vez? “Tú tienes cara de mala persona” No, ¿Verdad? ¿Y a que se debe esto? Que alguien me explique porqué se le puede decir a alguien que tiene cara de buena persona y no al contrario. Yo quiero tener cara de mala persona. Solo por llevar la contraria. Aunque no lo sea, me da igual, quiero llegar a un sitio, y que al entrar todos digan “Ohhhh mira , mira , ese seguro que es un hijo de puta cabrón y arrogante. Vamos a decírselo por si no ha caído en la cuenta”.

No sé, igual me estoy quejando de vicio y esto no tiene sentido o importancia alguna. Puede que solo sea yo el único harto de que le cuelguen un San Benito a cuento de nada, que vea las cosas desde otro punto de vista y no se encuentre cómodo en ese mundo de buenas personas. Pero bueno, también dicen que soy más raro que un perro verde, o sea que no hay de que extrañarse.